Una puerta verde, una máquina de escribir y mi familia.

Todo proyecto tiene detrás una historia.

La mía empieza con una puerta verde, una máquina de escribir y mi familia.

Empezaré con mi familia. Gracias a ellos estás leyendo este primer post. 

Sin olvidarme de las personas que la vida me ha regalado, y sin esperar nada a cambio, me apoyan incondicionalmente. Siempre.

Todos saben que les he escuchado. Incluso al que me escucha de lejos desde hace casi 20 años. Gracias.

Familia. Gracias. 

Gracias, porque habéis conseguido que salga de “mi cueva” y empiece este proyecto.

La puerta verde. Mi pasado.

Recuerdos.

Personas que ya no están, pero tengo muy presente.

Conversaciones imaginadas y buenos consejos. No me cabe la menor duda.

Y solo falta ella: la máquina de escribir.

Olvidada en algún momento. No soy perfecta.

La primera de mi colección, la de él, mi abuelo Ramón, que según mi madre sería el primero en apoyarme. Gracias por decírmelo.

Vendrán más, lo sé, y de personas queridas en mi entorno.

Estamos en 2024. Cambio la máquina de escribir por mi ordenador.

No voy a escribir novelas.(De momento)

Mi intención es disfrutar escribiendo textos comerciales.

No aburrir.

Conseguir que a través de las palabras, las personas que confíen en mi vendan.

Den a conocer sus proyectos.

No es empezar.

Es continuar, pero de una forma más visible.

En el siguiente post te cuento todo sobre No te quedes sin palabras…

Gracias por leerme.

Sara

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No te quedes sin palabras. Copywriting sin blablablá.